Después de exigentes rutas, y con la mente ya puestas en futuras ascensiones (esperemos en 15 días estar nuevamente por encima de 3000 m.), me deleito un sábado de Noviembre con un par de sencillas rutas a las que ya les habíamos echado el ojo. Desde hace semanas veníamos hablando Ana y yo de la posibilidad de acercarnos al Parque Cultural del Río Martín, y realizar alguna de sus rutas. Después de mucho sopesar, me decanto por dos: el Barranco de Valdoria (una ruta sencilla, con una interesante vía ferrata para inciación) y la de Peñas Royas a Obón (Larga como ella sóla, pero que en esta época está espectacular). Así pues, vamos a ver lo que fue la primera de ellas:

Para acceder al aparcamiento del Barranco de Valdoria debemos salir de Albalate del Arzobispo por la A-223 dirección Andorra y justo pasado el kilómetro 25 encontraremos la señalización y desvío sobre pista forestal bien compactada y que tras deambular un par de kilómetros te deja en el pequeño e improvisado aparcamiento. A nosotros nos sale muy buen día, algo ventoso, pero con unos agradables 15ºC que invitan al paseo. (Nada que ver con los 2,8ºC de Griegos a esas horas). Así pues, empezamos ruta que nos lleva por el hondo del barranco en un sendero cómodo y muy bien señalizado. Poco más adelante, a mano derecha nos sale una bifurcación de acceso a Cueva Negra (Será nuestro sendero de bajada y vuelta al coche), así que lo obviamos y seguimos andando por el barranco hasta la segunda bifurcación que nos desvía a mano izquierda hacia el Rincón del Gorgo (30 minutos). Cogemos el desvío para ver este bonito rincón, y a sabiendas que a posteriori el sendero nos volverá a bajar nuevamente a este Barranco de Valdoria para seguir la ruta. Así pues, ponemos desnivel al asunto y tras unas cómodas rampas de subida entre zigzagueo y acompañados en todo momento por un bonito pinar de Pino Carrasco.
Ya en el barranco de Valdoria hemos notado la presencia de innumerables Cipreses de Arizona, un árbol característico de la zona Californiana de Estados Unidos y norte de México, que en España es muy utilizado en jardinería y que naturalizado en el medio, forma un bosquete muy atractivo.
En un breve serpentear nos plantamos en la base de unos impresionantes farallones de conglomerado y que nos muestra la entrada a la boca del Gorgo. Parece mentira la curiosa formación de este rincón, pues no se trata más que unas grandísimas lajas de conglomerado apoyadas sobre la pared, imagino que procesos erosivos y geológicos que nos ofrecen un rincón digno de mención.

Perfectamente acondicionado con escalones y un cable a modo de pasamanos, nos adentramos en esta “cavidad” por llamarlo de alguna manera, que nos muestra la inmensidad de los procesos erosivos y la que ya de por sí, nos deja con muy buen sabor de boca.

Por si fuera poco, este primer tramo, nos adentramos en otro segundo también de grandes proporciones para culminar por unos pasos encajonados en los que no nos queda otra opción que buscar encuadres en tan bellas formaciones. El sendero no pierde interés, y tras salir del Gorgo, nos esperan unas coladas preciosas de la disolución del carbonato de calcio envueltas por un barranco por el que trascurre el sendero y que perdiendo desnivel, nos llevará de nuevo hasta el barranco de Valdoria y su sendero.
Seguiremos pues sendero arriba por el barranco hasta que se vaya estrechando y lleguemos a unos paso acondicionados con unos hierros para salvar un par de trepadas sin dificultad. Esto nos lleva a los depósitos de Valdoria, unas construcción de principios del siglo XX que se utilizaron como agua de abastecimiento para las vecinas problaciones.
En seguida llegamos al acceso, que por escalera, nos deja en la presa del barranco, nuevamente un rincón muy bonito y bucólico donde se nos estrecha el barranco, así que tras agacharse por una imponente pared y subir por la futura oxidada escalera, nos plantamos en la base de la presa, de aproximadamente 15 metros que tendremos que trepar.

La trepada es fácil, gracias a unas grapas que nos facilitan mucho la ascensión de la escalinata-presa que tenemos que solventar. (Conviene subir al principio por las grapas de la derecha que son más recientes y olvidarnos de las que hay a la izquierda pues son de los años 60, luego ya sólo una linea de grapas, nos llevará hasta arriba). Esta presa nos sitúa a los pies de una vía ferrata que nos servirá de escapatoria del barranco y nos dará continuidad a la ruta. Hablamos de vía ferrata, pero bien podría ser un paso equipado, pues la dificultad es realmente baja, y no deja de ser más que un paso equipado, pero que no reviste dificultad. Eso sí, al haber una linea de vida y tratarse de unas grapas propias de las vías ferratas, puede considerarse así, pero salvo que se realice con niños, gente inexperta, o condiciones climáticas adversas, no son necesarios a priori la equipación básica. Nosotros llevábamos arnés, casco y cintas, pero debido a la baja dificultad no los utilizamos. (Lo dicho, corresponde a cada uno valorar el paso y decidir asumir el riesgo de pasarlo equipado o no).

El vía tiene dos tramos, uno de ellos en travesía y un segundo paso en forma de “L” con una pequeña travesía y una tirada en vertical sobre una pared completamente tumbada. Muy bien equipado en general, hasta con pasos de cemento para los pies.

A mi me resultó un paso sin complicaciones y Ana aunque temerosa al principio, disfrutó y la solventó sin problemas. A partir de aquí, teníamos la opción de desviarnos a la Cueva del Huerto, pero que nosotros obviamos porque queríamos irnos a Peñas Royas en busca de otra ruta. Así pues, nos vamos en busca del Mirador de la Silleta. Primero una suave ascensión para ganar altura, y que nos deja unas buenas vistas del barranco y del Rincón del Gorgo, y tras pasar por un cortafuegos accedemos a una pista que tomamos a mano derecha para ir a buscar el mirador.
Ya acercándonos a él, vamos disfrutando de las vistas y justo antes de llegar al mirador descubrimos el desvío que nos bajará al aparcamiento donde tenemos el coche, así que al mirador a recrearnos un poco. Luego sólo nos quedará el descenso hacia el inicio de la ruta donde tenemos el coche.
Realmente nos ha gustado mucho la ruta, muy recomendable para todos los públicos, sobretodo el rincón de Gorgo y el acceso hasta la presa. El posterior paso equipado, aunque no reviste dificultad, sí que puede ser una buena iniciación para los niños en el mundo de la vía ferrata. Para la mayoría de senderistas, no deja de ser un paso equipado solventable, aunque como en todo, que cada uno valore al estar allí. En lineas generales, ruta corta y recomendable. A nosotros nos costó poco más de 2 horas pero parando muchísimo a fotografiar. Se puede extender la ruta con la visita de la Cueva del Huerto y la Cueva Negra que podéis ver en el mapa, aunque nosotros optamos por la ruta corta. De aquí nos fuimos al espectáculo otoñal de Peñas Royas……madre mía que rincón!!!