Volviendo de la ruta del Barranco de Valdoria, nos dejamos caer por otra fantástica ruta del Parque Cultural del Río Martín, esta vez buscando la ruta de Peñas Royas a Obón, y en la que nos quedamos con ganas de más.
No llevábamos mucho tiempo, pues la mañana la habíamos empleado en la anterior ruta y ahora que los días son cortos, no tenemos mucho tiempo para hacer esta ruta. Es una ruta larga, de aproximadamente 4 horas sólo ida, por lo que, decidimos realizar lo que la tarde nos de tregua.
Desde el mismo pueblo de Montalbán (a la entrada si vamos en dirección Alcañiz) vemos la señalización que desde la misma carretera nos adentra, atravesando el pueblo, hacia la barriada de Peñas Royas. Dicha barriada se encuentra a algún kilómetro separado de Montalbán, que solventamos con el coche por una precaria carretera asfaltada. Según nos acercamos a Peñas Royas, ya se empieza a intuir que hemos elegido buena fecha y buen día, las tonalidades de toda la ribera del Río Martín, así como el contraste con el abundante afloramiento rocoso de las areniscas del Buntsandstein, la misma roca que encontramos en Albarracín, hacen del lugar un auténtico espectáculo de tonos cromáticos. Así que eufóricos con tan bello panorama dejamos el coche en el aparcamiento que hay a la entrada del pueblo (no se puede acceder a él en coche).
El pueblo resulta coqueto y sus estrechas calles y cuidada arquitectura lo hacen muy atractivo, aunque nosotros vamos buscando la evidente senda que nos conducirá hacia el sendero. Casi al otro lado del pueblo y tras callejear encontramos el desvío de rutas, a la izquierda y con dirección Obón, la ruta larga que obviamos, hacia la derecha y buscando el yacimiento de los grabados de Pozos Boyetes nuestro objetivo, seguir el sendero hasta que el río nos impida continuar.
Así pues, dejando atrás las últimas casas y adentrados en las antiguas eras del pueblo, ya vemos el aspecto colorista de la vega y el entorno natural que pronto degustaremos. Además, la luz de atardecer y baja del invierno nos aporta un toque muy cálido que acentúan aun más los rojos de las areniscas y los amarillos y ocres de la vegetación ribereña.
Tras pasar por los grabados rupestres de los Pozos Boyetes, el sendero se interna entre grandes bloques de arenisca (ains cuantas lineas de escalada que llego a ver, me recuerda tanto a Albarracin…), y nos va acercando al río. Disfrutamos mucho con las luces de atardecer y la cantidad de contrastes, claroscuros, colores otoñales y posibilidad de encuadre. El entorno es único y la época la adecuada, así que lo disfrutamos.
El río “rompe” el sendero, y el único paso para continuar barranco abajo es descalzarnos para cruzar el río. Se echa en falta algún puentecillo para poder continuar con esa belleza. Pero como no tenemos ganas de mojarnos, ni la tarde nos da para muchas horas más, decidimos emplear las últimas horas de luz en el cacho de río que hay jutno al pueblo y que ya desde el aparcamiento intuíamos muy fotogénico.
Así pues, tras unos últimos encuadres, retornamos por nuestros pasos para adentrarnos en la vega del río junto al pueblo.
Allí nuevamente disfrutamos de la fotografía otoñal hasta casi bien entrada las últimas claridades.
Nos quedamos con ganas de volver a realizar la ruta entera hasta Obón, así que o en primavera o bien el otoño que viene puede ser una ruta interesante. Aun así nos llevamos un gran sabor de boca, de un rincón casi desconocido, que ofrece al visitante una muy merecida visita.
un saludo
Muy guapo el reportaje. Esa zona de Peñarroyas es muy maja, yo le tengo un buen recuerdo.
Ya te he “revinculado” al nuevo sitio web.
Nos vemos!
David