
Hará pocos días, tuve un fantástico encuentro didáctico con Joan Roca, posiblemente, uno de los mejores conocedores de orquídeas a nivel nacional y por otro lado, un fantástico fotógrafo y guía de viajes. Alojado durante unos días en el fabuloso hospedaje de La Posada de Santa Ana (Tramacastilla), tuvimos la ocasión de quedar, conocernos y por mi parte empaparme de toda la sabiduría que Joan destila. Una persona cercana, muy didáctica y con unas ganas increíbles tanto de enseñar, como de aprender.

Nuestra primera parada fue en busca de las plantas carnívoras de la zona, pues tenía especial interés en fotografiar la atrapamoscas y les llevé a un emplazamiento cómodo para su fotografía y donde se unen en el mismo humedal dos plantas carnívoras presentes en la Sierra. La atrapamoscas (Drosera rotundifolia) y la Grasilla (Pinguicula vulgaris). Es el único sitio donde he visto que conviven las dos y donde son fáciles de fotografiar sin mojarse mucho.
Estaban las dos carnívoras a punto para las fotos, incluso la Grasilla en flor, con esa característica flor azulada tan bonita
Aunque la verdadera parte carnívora de esta planta son sus hojas, que si nos fijamos con detenimiento seremos capaces de ver algún insectillo atrapado en ellas.
Posteriormente nos desplazamos a la Dehesa Boyal de Griegos, reconocido como un biotopo muy bueno para las orquídeas, estuvimos disfrutando con ellas, las que a estas alturas crecen por estas praderas húmedas.

Las especie más numerosa a estas altura de primavera-verano es Anacamptis coriophora, un bellezón vestido de rojo, que teñía por momentos algunos rodales de las praderas.
Disfrutamos también del género Dactylorhiza en sus cuatro especies y sus hibridaciones, también abundantes en estas praderas húmedas y a veces encharcadas. Incarnata, elata, fuchsii y maculata son cuatro especies relativamente comunes por la Dehesa y de las que se puede sacar buen partido fotográfico a estas alturas de primavera.


En estos aspectos de hibridaciones y rasgos característicos de cada especie, Joan dio todo un recital de sabiduría y maestría. Y yo, pues a empaparme en todo lo posible, pues la mejor manera de aprender siempre son las clases prácticas en campo. Y Joan es todo un conocedor de todos los rasgos característicos propios de cada especie.

En definitiva una jornada más que interesante con Joan Roca, al que le he obligado a venir en más ocasiones para seguir con el aprendizaje y que siga descubriendo la Sierra de Albarracín y todo su potencial.
Y enormemente agradecido a Clara de la Posada de Santa Ana por habernos puesto en contacto y a Trini, compañera de Joan que fue la impulsora del viaje.
Un saludo