He podido descargar alguna de las cámaras trampa que tengo instaladas y en ellas se resume muy bien este temporal de nieve vivido, y es que a veces las propias imágenes hablan por si solas. Con nieve hasta casi la panza, los grandes ungulados han tenido que tirar de sus recursos para aguantar estos días de penurias y poca comida. Se nota mucho la menor movilidad de los animales, buscando un ahorro energético a la espera que la propia meteorología que les trajo la nieve sea la misma que se la lleve.

Al final, los animales tienen un excelente pelaje invernal que los aísla al máximo de las inclemencias. Es tan buen aislante que no deja que se escape el calor corporal y por ende, podemos ver como la nieve permanece intacta en su cuerpo sin llegar a deshacerse. Esto no quita que el consumo energético sea muy alto y al final hay que echarle “combustible” al cuerpo, pero una buena estrategia siempre ayuda a pasar estos pesarosos días.

Un claro ejemplo es esta madre y esta gabata que se protegieron durante las horas de más nevada en una espesa pinochada junto a la cámara de trampeo, lo que me costó más de 100 fotos de primeros planos, ojos, nariz, orejas, boca….. y es que los animales siempre buscan lo favorable y si hay que escarbar para llegar a la hierba fresca, mejor hacerlo bajo una espesa pinochada donde el 80% de la nieve todavía permanece en las ramas.

Y aquí el claro ejemplo que os comento, cientos de fotos de primeros planos, pero con el regusto de que los animales son más listos de lo que nos pensamos y saben buscarse el bocado de hierba incluso con más de medio metro de nieve.

En definitiva, fotos para el recuerdo de un episodio que será recordado y de unos ciervos que seguirán sobreviviendo a todo lo que les venga.

Un saludo

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