Bueno, pues tras unos intensos días por Pirineos, vamos a desglosar en dos partes la pequeña travesía que hemos hecho y de la que hemos disfrutado. Nuestras intenciones iniciales se truncaron debido al mal tiempo, que nos obligó a acortar en un día la travesía. Así pues decidimos subir desde San Nicolas de Bujaruelo hasta el puerto de Bujaruelo y desde allí, ya en vertiente francesa subir a dormir al Refugio de Serradets o de la Brecha. El siguiente día subiriamos a la Brecha de Roland para hacernos con la cima del Taillón (3.144m.) y posterior bajada al Refugio de Goriz, por los llanos de Millaris. Nos faltó un día más para haber ascendido al Monte Perdido, pero ya que habíamos prescindido del sábado, el último día lo degustaríamos de bajada por el Valle de Ordesa y las gradas de Soaso.
Así pues, la cosa prometía y el sábado noche en Torla ya nos vaticinaba que el mal tiempo estaba acabando. Espectaculares rayos de sol a última hora, mientras deambulabamos por las calles de Torla en busca de un refugio donde refrescar el gaznate. Torla es bonito, como para perderse en sus callejuelas y sobretodo degustar ese ambiente de pueblo de montaña que destilan sus establecimientos.
A la mañana siguiente ya estabamos temprano por San Nicolás de Bujaruelo en busca de la senda que te ha de subir al puerto. Del fondo de la pradera, y tras cruzar el rio por un puente, nace el camino que se abre por el valle. En todo momento ascendente, casi sin pausa hasta el mismo puerto, hay que salvar un desnivel considerable y aunque el valle es largo y profundo, la subida no da respiro. Eso sí, aunque sostenida, se hace muy muy amena con el paisaje, las vacas merodeando y alguna brevísima parada para hacer unas fotos.
Hacía algo de viento y fresco, dudábamos entre ponernos o no más ropa, aunque el buen ritmo de subida casi nos mantenía en calor. Estabamos en vertiente norte, y las primeras horas de subida fueron siempre a la sombra de los picos. Le costaba entrar al sol y además en los primeros compases el ascenso se hace por la ladera norte del valle. Eso sí, yo seguía disfrutando de esas montañas a las que una y mil veces seguía encuadrando, el día sin duda buenísimo.
Cada vez que mirábamos atrás veíamos como ganabamos altura y sobretodo se iba descubriendo ante nosotros más y más montañas. Además, ya intuíamos un poquito el collado de Bujaruelo con algo de niebla y que sería nuestro destino más inmediato.
Avanzado el valle, lo cruzamos a la cara sur, cosa que agradecemos pues por primera vez recibimos gustosos los rayos de sol, la mañana continua fresca y aunque a buen ritmo, el solete siempre ayuda. Damos alcance a una pareja de hermanos valencianos con la que coincidiremos en practicamente toda la travesía y con la que compartiremos buenos momentos en los Refugios.
Finalmente y un poco antes de coronar el Puerto de Bujaruelo, una nueva mirada hacia atrás, a todo el valle, para volver a disfrutar de las vistas……inmejorables….el desnivel salvado ya es importante.
Llegamos pues al Puerto, con un recibimiento fantástico por parte de la niebla que parece que se retira por momentos. Hace fresco, y así lo atestigua el hielo helado en el cartel, que no puedo evitar fotografiar, así como la vertiente francesa a la que ahora tenemos acceso con la vista.
Decidimos picar algo antes de acometer la segunda tramada hasta el Refugio, y junto a la pareja de hermanos, con los que compartimos ruegos y preguntas, damos buena cuenta de unos frutos secos, un poco de longaniza y alguna barrita.
900 metros de desnivel positivos, y aun nos quedan otros 300 hasta el Refugio de Serradets….esto ya está hecho!! Así pues, con los ánimos a tope, cargamos mochilas y junto a los hermanos, nos metemos en la densa niebla que nos acompañará a nuestro paso por la antigua morrena.
Ya estamos en la vertiente Francesa, y no lo abandonaremos hasta el día siguiente, pues nuestro primer Refugio (Serradets) está en territorio Francés. La subida con la niebla se hace un poco pesada, incluso la senda es un cúmulo de piedras, restos de una antigua morrena glaciar. Así que de momento fotos…..pocas……
Al hacer frío y ver los restos de nieve, nos preguntamos junto a los hermanos, cómo estará el paso de la cascada, un paso sobre un torrente bastante amplio y pedregoso, que aunque haya cadenas como ayuda, puede ser un auténtico resbaladero.
Pero nuestras dudas se disispan nada más llegar…..la niebla parece que flojea, el caudal, aunque importante es fácilmente franqueable y no parece haber hielo, salvo las manchas de nieve. Así pues, saco nuevamente la cámara y empieza el espectáculo de saltar entre piedras, salvar torrentes y remontar la niebla.
Y a continuación llega uno de los momentazos del día, justo cuando remontamos el nivel de la niebla y nos topamos con un espectáculo fantástico. Buena parte de las montañas pirenaicas francesas se alzan sobre la niebla y nos ofrecen un precioso mar repleto de islas….Toca momentos de fotos, y degustar nuevamente el precioso entorno que bien merece recrearse con encuadres y tomas.
Casi sin darnos cuenta y tras sobrepasar la cascada de agua, nos damos cuenta que ya casi tenemos el collado de Serradets a la vista, el desnivel casi salvado y aunque la nieve empieza ya a ser cuantiosa, el calor apreta!!
Cuando llegas al Collado y ves el Refugio en mitad de la nada, rodeado de todo el Circo de Gavarnie, es cuando la satisfacción por la llegada se junta con la belleza del lugar….realmente indescriptible.
Así pues nos ponemos en marcha degustando en todo momento lo que tenemos ante nuestros ojos.
Una vez en el Refugio de Serradets (2.587 m.) toca lo habitual en estos casos, estiramientos, hidratación y reponer fuerzas. Siempre degustando los alrededores, que en este caso son espectaculares. La tarde la dedicamos a darnos un buen baño de sol y dialogar con unos y con otros sobre rutas, estado de las mismas, o proyectos de ascensión. La verdad es que en estos refugios el ambiente montañero está por encima de nacionalidades o méritos de montaña, todo se comparte, y se establecen buenas conversaciones.
En mitad de la cena, y en estos refugios se cena a las 7 de la tarde, el sol acaricia con sus últimos retazos las partes más altas, así que medio cenar, salimos uno de Zaragoza y yo a echar unos encuadres que bien merecen la pena. Además sin alejarte del refugio ya tienes las vistas que necesitas.
El día pues se despide regalandonos las mejores postales….
Terminamos en la mesa debatiendo junto a tres Zaragozanos la ruta a seguir mañana, y que el frío que ya empieza a hacer dejará la nieve bastante dura para el día de mañana. El día siguiente nos esperaba la subida al Taillón (3.144 m.) y la bajada hasta el Refugio de Goriz, pasando por la Gruta de Casteret y los Llanos de Millaris. Pero esto lo dejaremos para el próximo artículo.
Un saludo