Lastima de las tormentas que no hicieron posible una buena jornada de hide, y nos tuvimos que conformar con un par de horas camuflados antes de que empezara el recital de lluvia y granizo.
Nos curramos entre Jose y yo un hide de “quita y pon” cutre, pero efectivo. Lo suyo es tener un sitio para instalar algo permanente o al menos semi-permanente para mejorar estructura y camuflaje. Aun así en menos de media hora estábamos ya dentro del “tinglado” esperando la entrada de algún despistado.
Esta vez gozábamos de la inestimable compañía de Rodolfa, una paloma torcaz que transmitía serenidad por los cuatro costados.
Cuando todo funcionaba a las mil maravillas (Rodolfa haciendo su trabajo de sosiego y los pajarillos entrando) la meteorología empezó a jugarnos una mala pasada.
Tras dos horas metidos y cuando los animales empezaban a olvidarse de nuestra presencia, tocó desmontar el “chiringuito” y salir zumbando de allí. El resultado fue llegar al coche empapados, bajo una cortina de granizo que ya había dejado una alfombra blanca bajo los pies. Acto seguido a casa a secarnos y dedicar el resto del día a no alejarnos mucho del coche.
En fin, mañana vamos con los resultados.
Saludos
Muy “currado” aunque algo “cutrecillo”.¿Podria ser la fuente del pozico Z.?
El emplazamiento lo dejamos correr, por si algúin día dejamos algo semi-permanente no vengan a joderlo. 😉