Ya os había presentado en otra ocasión, una de las plantas carnívoras que podíamos encontrar en nuestra Sierra. Hoy os traigo una entrada presentando la otra planta carnívora que habita algunos rincones de nuestros montes. Se trata de la Drosera (Drosera rotundifolia)

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Es una planta difícil de localizar si no se conoce bien su biología y su hábitat, ya que su reducido tamaño y su exclusivo hábitat la hacen muy localizada y rara, pasando desapercibido para todo aquel que no vaya en su búsqueda.
Es una planta adaptada a los medios turbosos ácidos que tan común son en nuestra sierra, esos que conocemos como gotiales o botiales de zonas cuarcíticas tan abundantes en Orihuela del Tremeda, Noguera, Bronchales, etc…. y que en estos últimos años ya se encuentran protegidos por el convenio Ramsar como humedales de importancia.
Son estos humedales una fuente inagotable de flora peculiar y singular y entre ellas destaca sin duda la Drosera.
Estas turberas ácidas y saturadas de agua donde la materia difícilmente se descompone hacen muy difícil la vida a las plantas y sólo algunas especies adaptadas pueden sacar provecho de dichos hábitats.
Al no disponer de nutrientes en descomposición, la Drosera ha adaptado sus hojas la obtención de alimento a base de atrapar insectos, que son a la postres un buen aporte de nitratos y otros nutrientes,indispensables para el desarrollo de la planta.

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Así pues esas hojas modificadas para la atracción, captura y posterior digestión del insecto es la clave para poder vivir en esos medios turbosos tan pobres en nutrientes pero tan ricos en vida insectaria.
Esas hojas ofrecen una melaza atrayente para insectos que no sólo los atrae sino que los atrapa con su viscosidad y adherencia a modo de pegamento. Y ese aporte extra de nutrientes es el complemento ideal que necesita la planta.
El invierno lo pasan recluido en un hibernáculo que protege a la planta del frío y los hielos para emerger nuevamente con los calores primaverales en busca de nuevos insectos.

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Así pues, ya hay alguna cosa más que buscar por nuestra sierra y disfrutar de estas únicas y fascinantes joyas que tenemos escondidas entre los musgos de los gotiales y que puede ser un motivo perfecto para motivar y concienciar a los más pequeños de la importancia de cada pequeña planta en el ecosistema.

NOTA: Ya que se encuentran en un medio tan frágil y a la vez protegido, es conveniente que si vamos en su búsqueda lo hagamos con gente que ya las conoce y fácilmente las encontrará así como evitar al máximo el pisoteo repetido y el deterioro de estos frágiles ecosistemas. A veces, en las partes exteriores del gotial se pueden ver, y no hace falta ir recorriendo arriba y abajo todo el paraje. Seamos conscientes y consecuentes con nuestros actos 😉

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