Como cada año, el otoño ofrece una de las mejores excusas para salir con la cámara a fotografiar la bonita gama cromática que adquieren algunos bosques de la Sierra de Albarracin. Aunque el gran predominador en esta sierra es el pino, albar en las zonas altas y rodeno en las bajas, y por tanto, poco proclive a regalarnos espectaculares coloridos. En la Sierra, contamos con preciosos y cada vez más numerosos bosquetes de caducifolias, principalmente los robles (rebollo y quejigo) y serpenteando por los ríos las preciosas alamedas algunas más o menos naturales y otras, plantaciones junto a los ríos.

Además, contamos con innumerables arboles y arbustos de hoja caduca que dotan de un colorido en mosaico muchas laderas, y unidos a pinares o robledales, los arces, guillomos, espinos o arraclanes aumentan más la paleta cromática.

Para encontrar estas zonas coloridas y de tanta belleza ahora en otoño, tenemos que situarnos en la zona media de la sierra, pues ya hemos comentado que las zonas altas y las bajas, están cubiertas de pinar, pero los alrededores de Tramacastilla, Villar del Cobo, Torres de Albarracin, y zonas bajas de Noguera y Orihuela son los mejores exponentes a bosques de robles. Sumando también las choperas y riberas de los ríos, sobretodo el Guadalaviar, que junto a las zonas de vega, donde encontramos también árboles frutales, nos aportan muchísimo donde jugar a hacer fotos.

Aunque todos los años los árboles caducifolios se vistan de colores, ni la intensidad, ni la duración es la misma y suele venir bastante influenciada por lluvias, fríos o vientos. Pero podemos situar un poco las mejores fechas los últimos días de Octubre y los primeros de noviembre.

Este año, ha habido muy buenos colores, propiciados sobretodo por la ausencia de días ventosos que suelen barrer las hojas de los árboles, hasta este mismo puente de Noviembre donde el viento ya ha hecho de las suyas y ha empezado a desnudar los árboles.

Otra de las grandes explosiones otoñales son los frutos del bosque. Bayas, moras, setas, o algunos frutales ofrecen un abanico de posibilidades para la gente que sabe buscarlas.

 

Aunque los animales, en estos casos son los que más las buscan para mantener una buena dieta a la espera de los fríos días invernales.

También ha habido temporada de setas, que sin ser excepcional sí que ha hecho disfrutar a los amantes del género. Y los permisos se han amortizados con unos cuantos ejemplares en la cesta, y un excelente producto culinario puesto en casa.

Entrados ya en Noviembre y a las puertas de las primeras nevadas y fríos que han de ir viniendo, nos quedamos con un buen sabor de otoño.

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