Bueno, pues hoy nos vamos muy cerquita de Teruel, concretamente al pueblo de Formiche Alto, donde el río Mijares nos ha reservado uno de los rincones naturales más espectaculares de la provincia y que bien merece una visita y una entrada en este blog.
Lo primero que hay que decir es que la ruta de hoy es una vía ferrata que recorre una buena parte del encañonamiento que ha labrado el río Mijares a su paso por Formiche. y cuando decimos Vía Ferrata estamos hablando de un acondicionamiento artificial para recorrer dicho paraje en el que se han adecuado elementos propios de las vías ferratas (grapas, lineas de vida, puentes tibetanos, cadenas, etc…) en el que será necesario el uso de elementos de seguridad tales como Arnés, casco y disipador de energía o en su defecto, y bajo la responsabilidad de cada uno, otros sistemas de seguridad. Por lo que ya advertimos que no es una ruta para todos los públicos, sino es con material apropiado. Si disponemos de estos elementos de seguridad o de un guía que nos proporcione esta seguridad estamos ante una de las actividades más disfrutonas y aventureras que podemos hacer muy cerca de Teruel.
Para ponernos en situación, lo mejor es un mapa:
La vía ferrata está entre los pueblos de Formiche Alto y El Castellar, por lo que deberemos coger la Autovía A-23 y salir por la salida de Formiche cogiendo la TE-V-8011 que nos pasa por Formiche, y tras pasar el pueblo ir pendiente del cartel indicador de la ruta que a la izquierda nos meterá por una pista de tierra, bien acondicionada en primera instancia.
En esta secuencia de mapa ya os marco con flechas verdes la pista que debemos coger (está indicada en la misma carretera asfaltada), si la seguimos unos cuantos metros (siempre siguiendo las indicaciones de la vía ferrata) llegaremos a unas masadas viejas con una zona ancha (antiguas eras) junto a la pista, donde podemos dejar el coche (os lo he marcado con la P de Aparcamiento). Si vamos con Todoterrenos podemos seguir hasta bajar al río Mijares desde donde partirá la ruta.
Nosotros íbamos con turismo así que la dejamos arriba en las viejas eras de la Masia de La Hoya Alta.
Una vez aparcados, seguimos la pista forestal que en seguida coge pendiente para bajar al río. Una vez abajo nos encontraremos con el cartel indicador de la ruta y un pequeño refugio con más cartelería de la Vía Ferrata.
Yo os lo simplifico aquí con otro mapa:
El tramo azul marino es el primer tramo andando desde que dejamos el coche hasta que empieza la vía Ferrata.
El tramo en Rojo es la propia vía ferrata, y como está dividida en tres tramos diferenciados, tenemos 3 escapatorias para salir del barranco y evitar el tramo que queramos.
El tramo de azul cielo, es el sendero de vuelta al Coche.
Así pues, empezamos con la ruta.
Nosotros partimos de un día muy muy primaveral, pese a estar aun en Marzo, y en seguida sobraba la chaqueta, más iba a sobrar cuando estuvieramos inmersos en las grapas de los paredones del barranco. Tras un rápido vistazo al cartel indicador, seguimos para delante en busca del primer tramo de ferrata.
En apenas 300 metros dejamos la pista forestal y el sendero se adentra junto al río a buscar los primeros tramos equipados.
Está claro que el estrecho es impenetrable sin una labor de equipación artificial que nos permitirá adentrarnos, como unas lagartijas pegadas a la pared, en el barranco excavado por el río Mijares en la roca calcárea.
Así que tras unas primeras grapas muy sencillas a modo de escalones, y viendo lo que se nos avecina paramos a ponernos los arneses, cascos y demás elementos de seguridad y avance. En nuestro caso, no disponíamos de disipador de energía, pero cubrimos el expediente con unas bagas y unos mosquetones. No es la mejor opción, pero dada la baja dificultad de la Vía Ferrata y siempre bajo nuestra responsabilidad, son elementos más que suficientes para garantizarnos la seguridad.
Este primer estrecho es de fácil factura, casi siempre a poca distancia del río, que por estas fechas y tras las nevadas del mes anterior llevaba un buen caudal.
La equipación de grapas y líneas de vida es realmente buena o muy buena. Los elementos dan mucha seguridad y están colocados en los sitios exactos para avanzar con total disfrute del entorno. Desde aquí mi enhorabuena a los equipadores.
Ana avanzaba a buen ritmo y aunque era su segunda vía Ferrata, la primera digamos de verdad, sólo sufrió en los momentos de altura o pasos más expuestos. En todo caso, disfrutó mucho, como se puede ver.
Finalizado el primer tramo de ferrata, nos damos cuenta que el paisaje es espectacular, paredones calcáreos, un río rebosante de agua y un barranco digno de visitar.
Saliendo del primer estrecho nos encontramos con un cartel indicador de “Cuevas” y “salida” es el primer escaqueo posible de la vía, y que nos sacará fuera del barranco si seguimos hacia arriba. Lo mejor que podemos hacer es subir a ver las cuevas y posteriormente bajar de nuevo por nuestros pasos para cruzar el río y seguir río arriba en busca del segundo estrecho.
Nosotros tuvimos un momento de confusión y llegamos a salir del barranco por una cadena perfectamente puesta para facilitarnos la salida.
Eso sí, primero echamos vistazo a las cuevas que había.

Así pues, lo recomendable es subir, visitar las cuevas y bajar por el mismo sendero (es poco trozo) a cruzar el río y seguir vía ferrata arriba a por el segundo estrecho.
Tras subir un poco más río arriba, esta vez por el otro margen del río, con los pasos equipados en lugares clave, en seguida vemos el comienzo del segundo estrecho.
Así que volvemos a cruzar el río nuevamente, pasamos junto a otra cueva, esta más cercana al cauce y nuevamente nos metemos en faena. Lo dicho el barranco, una maravilla.
A la entrada de esta cueva nos encontramos con una de las más bellas florecillas que podemos encontrar en estas fechas, la Campanilla de Invierno (Galanthus nivalis), una joya de los bosques más húmedos y frescos que nos recuerda que aunque estamos a tocar del mediterráneo, el barranco ofrece unas condiciones ambientales más propias de los bosques atlánticos.
Este segundo estrecho se podría dividir en dos partes, una primera más liviana y corta y una segunda acometida más sostenida y espectacular.
Esta segunda parte viene precedida de un primer puente tibetano, perfectamente equipado y que nos dejará en la entrada del auténtico segundo estrecho del día. (Existe una salida izquierdas que nos lleva a un mirador, nosotros no subimos, pero posiblemente si vas con tiempo, sea interesante de visitar)
Ahora viene un tramo largo de ferrata, disfrutona, sencilla y sobretodo larga. Con algo más de altura que la primera, pero nuevamente perfectamente equipada.
Ana sigue disfrutando, eso sí, con algún pasito donde la altura no le acaba de gustar mucho, jejejejje
La roca en todo momento es de excelente calidad, aun así hay indicios de que la cabras están cerca, por lo que el casco es imprescindible para nuestra seguridad ante la caída de alguna piedra.
Finalemente llegamos a un tramo más cercano al agua que nos dará por finalizado el segundo tramo. Bonito y largo, lo hemos disfrutado al máximo.
Y desde aquí otra pequeña excursión junto al río para acceder al segundo puente tibetano y tercer estrecho del día, que nosotros vamos a escaquear por falta de tiempo, pero que volveremos otro día para hacerlo entero.
Por desgracia no andamos con el tiempo sobrado, y sabemos que aun queda un tercer tramo de ferrata que ralentizaría el avance y como aun nos queda la vuelta, decidimos dejar este tramo para otro día, sobretodo porque tenemos la vía ferrata muy cerca de casa y podemos venir cuando queramos. Por lo que se este último tramo de vía ferrata es el más difícil, aunque sea totalmente asequible.
Así que cruzamos el puente tibetano, en este caso más largo que el anterior y avanzando en busca del tercer estrecho nos encontraremos con el desvío que nos da la salida o escaqueo de este tramos.
Antes por eso, pasamos junto a un espectacular Tejo (Taxus bacatta) que es el auténtico rey de la pared, un portento de la naturaleza.
Así pues, unas escaleras y unos tramos equipados nos sacan del barranco, para ir a parar a la parte final del tercer tramo de vía ferrata, pero escaqueando la vía en sí. Allí tenemos un precioso puente tibetano pero más largo y algo más cómodo de pasar. Si lo cruzamos seguiríamos barranco arriba a continuar por otra vía ferrata de la que tengo muy malas referencias por ser innecesaria su instalación. Por lo que salimos por la salida al cortafuegos que nos llevará de vuelta por un sendero-pista hasta el coche.
Pasando, eso sí, primero por un refugio abierto al final del cortafuegos, unas lomas de cómodo paseo y luego por una ganadería de ganado bravo (vallado, y sin peligro) que nos dejará en la pista donde tenemos el coche.
El cortafuegos es un sube baja, pero que se hace bastante cómodo si te lo tomas con calma. En verano supongo que el calor debe hacernos sudar bien.
Lo dicho, nosotros volveremos para hacer el tercer tramo, que nos ha quedado pendiente, pero que como lo tenemos cerca de casa, algún día de esta primavera lo terminamos.
En lineas generales, muy muy muy recomendable esta vía ferrata que recorre uno de los rincones más bonitos de la provincia y que sin ser difícil es de visita casi obligada, eso sí, siempre con los elementos de seguridad necesarios para este tipo de actividad.
Un saludo