Una de las labores que venimos realizando los APN’s (Agentes para la Protección de la Naturaleza) en nuestras respectivas demarcaciones, es el seguimiento de fauna. En el caso de las aves, sobretodo las más grandes (rapaces y carroñeras) el seguimiento consta de la localización del nido y posterior seguimiento del éxito reproductivo de la pareja.
No es fácil dar con el emplazamiento de un nido de águila, Halcón o Buitre, aunque los años de trabajo, la experiencia y las horas en campo, a veces nos ayudan a localizarlos. Una vez localizado el nido, lo más importante a la hora de hacer el seguimiento es NO interferir para nada en el día a día del ave, un puesto de observación lo más alejado posible y la ayuda de un catalejo son las mejores herramientas para ver “Qué pasa!!” sin ser visto.
Hace más de dos meses, todavía en los rigores invernales, los Buitres leonados (Gyps fulvus) que crían en Tramacastilla ya estaban en las labores incubación, y es que un ave tan grande y poderosa como ésta, necesita empezar cuanto antes, para que el pollo tenga tiempo suficiente de desarrollarse. Así que todavía con los fríos y nieves de Febrero ya están acurrucados en el nido dando calor al huevo recién puesto.
Una vez localizados y georreferenciados todos los nidos, conviene dejarlos tranquilos en sus primeros meses de incubación y nacimiento de los pollos. Para posteriormente hacerles una nueva visita y ver si ha habido éxito en las primeras semanas de vida y ya tenemos al “jovenzuelo” en crecimiento.
Los buitres suelen poner 1 solo huevo, que en unos 48-54 días de incubación dan paso a un pollo con un plumón grisáceo y blanco en la cabeza. Posteriormente irá cambiando dicho plumón por un “abrigo” de un blanco más cremoso.
Hoy he decidido acercarme a uno de los nidos para ver como iba nuestro protagonista. Y sin duda, que ya estaba muy crecido. Tumbado en el nido de ramillas ya muestra plumas marrones y un tamaño considerable. Su progenitor hacía guardia en el posadero habitual del nido, supongo que a la espera de la pareja que habría ido en busca de alimento.
Así pues, la primavera sigue sin detenerse por la Sierra de Albarracín y los animales siguen su ritmo diario aprovechando estos meses de abundancia y tiempo más venidero.
Seguiremos informando de las andanzas de nuestros jóvenes buitres…..
Un saludo