Tomando el sol….

Si hay un individuo por excelencia que colma los días soleados de la primavera por buena parte de la Sierra de Albarracín, este es sin duda, el Lagarto Ocelado (Timon lepidus). Es fácilmente observable muchas veces en las carreteras locales que unen nuestros pueblos y que en forma de mancha verde huye despavorido al acercarnos con el coche. Muy rápido de movimientos y con un tamaño bastante más grande que las comunes lagartijas que estamos acostumbrados a ver; el lagarto ocelado es el mayor lagarto europeo, llegando a medir hasta 90 cms.

Sus tres señas de identidad inconfundibles para su identificación son: por un lado el tamaño, mucho mayor que la de cualquiera de nuestras lagartijas ibéricas, la tonalidad verdosa manchada de negro de todo el cuerpo y como rasgo característico de la especie, esos ocelos de color azulado que recorren su cuerpo y que le otorgan una belleza sin igual.

Es fácilmente localizable en nuestra sierra donde abunda y donde encuentra muchos biotopos adecuados para su desarrollo. Le gusta los terrenos abiertos y soleados con algo de matorral y es un amante del sol que le sirve de motor vital para su actividad diaria. Buena parte de los meses menos favorables los pasa invernando en alguna madriguera y es en estos primeros meses de sol y buen tiempo cuando más se deja ver.

Es rápido de movimientos y muy territorial con sus congéneres, además es un gran trepador que no duda en subir por un árbol para ponerse a salvo de sus depredadores.

Eso sí, con un acercamiento, lento y pausado y tras descubrirlo en algún «solarium» es posible acercarse lo suficiente para hacerle buenas instantáneas.

Y poco más puedo contaros de este precioso lagarto, que habita en nuestras sierras y que son un auténtico placer visual de un verde subido y que la otra tarde en Pozondón dejaron que les echara alguna instantánea. Eso sí, siempre alerta, para al menor peligro, escabullirse como las balas a sus refugios entre las piedras.

un saludo