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Ciervos y hielo por Orihuela

Esta tarde picaba el frío, quizás con más motivo me ha apetecido darme un pequeño paseo por los bosques cercanos a casa. El objetivo primordial era fotografiar ciervos en mitad del monte, con este estupendo y fino manto caído durante el día y la noche anterior. Pero ni el aire, ni el conocido crujir de la nieve han ayudado en exceso, además de una tarde cerrada en nubes que no dejaba entrar nada de luz dentro del bosque. Así pues me he encaramado a los puntales para intentar sorprender a algun «bicho» o al menos degustar el paisaje.
Preciosa estampa mantenía Sierra Palomera desde aquí, allí a lo lejos, casi sin nieve y gozando de unos cálidos rayos de sol.

En las zonas más expuestas, lo Robles marojos (Quercus pyrenaica) se dejaban desnudar por los gélidos vientos que azotan estas parameras. En esta ocasión, la foto no deja duda de los -4/-5 grados de esos momentos y del aire que ahonda más en la sensación de frío.

Unas ramas muy fotogénicas que bien merecen un rato al frío puntal.
Posteriormente me asomo a otro puntal, esta vez con vistas a la sierra, la garganta que sube al puerto de Orihuela y pueblos como Griegos y Guadalaviar blanquea en sus claros y me ofrecen detalles que con algo de despiste pasarían inadvertidos.

Monto el «tele» en la cámara y a degustar a estos intrépidos que con las últimas luces del día se desperezan por los claros que ofrece el monte. 5 machos cuento y observo sus devenires de peleas (añorando tal vez la pasada berrea) o pequeños entre-chocares de cuernos para dejar constancia de su estatus en el grupo.

En estos casos, hasta una buena ramilla de pino, puede ser bienvenida al estómago….

A pesar del frío, sigo disfrutando un rato más, y sigo buscando en los otros claros, tal vez, algun corzo o por qué no, más ciervos. La búsqueda tiene recompensa y una cierva con las dos crías (una de cada año), también se agita nerviosa buscando un buen paso para cruzar el arroyo que baja.

No queda mucha luz, y aunque no está lejos el pueblo, la tarde se cierra bastante y vuelve a nevar, es hora de «plegar los trastos» y volver.
La sorpresa, como siempre cuando menos te lo esperas, a la vuelta, entre el bosque, me vigilan…..

Subo a 1.600 ISO, máxima obertura para captar la poca claridad que queda y buen pulso…..casi sin respirar, una pena, pudiendo ser mejor….pero bueno, menos es nada.

En fin, otra vez será….

saludos

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