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Estrechos de Barrancohondo (zona seca)

Cuando hablamos de Barrancohondo, mucha gente lo relaciona con los estrechos del azud del molino, un lugar ideal en verano para darse un baño en unos estrechos con pozas cristalinas de aguas frías y un entorno espectacular. A los que les dedicaremos una entrada en breve…….

Pero Barrancohondo es mucho más que esa última parte con agua, Barrancohondo quiere nacer en el mismísmo Salto de Pero Gil, conocido por su increíble leyenda que podéis leer aquí, y de la que los vecinos de Tramacastilla se sienten orgullosos de representar cada año por estas fechas.

Así pues, desde la misma entrada a Barrancohondo hasta los manaderos de agua que resurgen del río Guadalaviar, hay una parte que en verano permanece seca y que es un rincón único y poco conocido, de este abrupto barranco, que bien merece ir a visitar. Desde el Blog os vamos a explicar cómo llegar, donde aparcar y como hacer la ruta…..y os enseñamos unas foticos de las que invitan a visitarlo.

 

Que lo disfrutéis:

ACCESO EN TURISMO O 4×4 HASTA EL APARCAMIENTO

La ruta parte desde la umbría de la Fuente Langa en Tramacastilla (Teruel) para llegar hasta allí tendremos que coger una pista forestal en buen estado, que parte casi desde el mismo pueblo de Tramacastilla. Concretamente saliendo de Tramacastilla en dirección Villar del Cobo, a 100 metros de salir del pueblo veremos un desvío a mano izquierda bien señalado con carteles de Barrancohondo, Ruta del Molino, etc…. y que cruza el Río Guadalaviar por un puente. Desde aquí lo más importante es ir siguiendo unas indicaciones en color Naranja de la senda ecuestre (llevan un logotipo de un caballo) y que deberemos seguir la indicación de «Salto de Pero Gil». Está perfectamente señalizado en cada cruce y no hay lugar a dudas.

Tramo en Coche o 4×4 (P=Aparcamiento)

El cacho de pista es larguete, de unos 6-8 kilómetros, pero de una pista forestal apta incluso para turismos, eso sí, siempre con precaución con piedras y demás. Estas indicaciones nos llevarán justo hasta el aparcamiento del mirador de Salto de Pero Gil, un pequeño rellano en mitad de la ladera donde veremos el cartel de la ruta de caballos que marca «Salto de Pero Gil». Justo aquí parte nuestra excursión a pie.

A PIE

Desde el mismo cartel que nos marca el Salto de Pero Gil, cogemos un sendero descendente señalizado como PR con bandas blancas y amarillas que serpenteará de bajada en busca del inicio del Estrecho.

 

El cañón calizo de Barrancohondo enseguida se nos muestra imponente con moles de roca calcárea y una conjunción de Pinar y Sabinar muy tupida.

En algún claro ya intuimos la magnitud del Valle y el ambiente natural y abrupto que nos guarda. La tranquilidad es la nota predominante en esta zona, muy inaccesible y aislada que nos ofrece la naturaleza más pura.

La bajada es corta, en apenas 5 minutos estamos ya divisando los estrechos del Salto de Pero Gil. Es el primer tramo de estrechos de los dos que cruzaremos por esta parte seca de la ruta (en la húmeda hay otros dos).

Nos acercamos al acantilado para divisar de cerca el Salto propiamente dicho, y nos viene a la cabeza la sencilla leyendo que se cuenta de este escudero del cid

Pero Gil era escudero del Cid. Este, cuando todo el territorio era ocupado por los moros, vino a luchar contra ellos, adentrándose por toda la sierra. El rey moro mandó contra el Cid algunos jinetes árabes para sabotear sus huestes, a las que sorprendieron en el desfiladero de Barranco Hondo

Allí, Pero Gil marchó huyendo a caballo seguido de cerca por los moros que conocían bien el lugar y sabían la profunda garganta que se abría en aquella aparente llanura, y que Pero Gil ignoraba. El caballo de Pero quiso retroceder ante el precipicio, sin embargo le espoleó y de un gran salto atravesó el foso, quedando a salvo.

Desde entonces, los juglares moros y cristianos narraron la hazaña denominando al lugar el Salto de Pero Gil

En Tramacastilla recrean la historia todos los años durante un fin de semana, normalmente a finales de Julio o primeros de Agosto.

Volviendo a la ruta, y tras dejar de lado «el salto», seguimos sendero para situarnos en el Río Guadalaviar a la entrada de los estrechos.

Entrada a los Estrechos de Barrancohondo

Normalmente desde Octubre a Junio el río baja con agua, por lo que no se puede hacer esta ruta. O bien en épocas de sequía invernal o bien en los meses de Julio, Agosto y a veces Septiembre han de ser las épocas para realizar esta actividad. Ahora es un buen mes, este de Agosto que nos viene para venir a buscar el frescor de este barranco.

Sin más dilación y en busca del frescor que nos da este barranco, entramos por los estrechos maravillados por su magnitud y su belleza. Las paredes son altísimas y en muchos momentos quieren llegar a tocarse en lo más alto. Una auténtica maravilla geológica de cómo el Río Guadalaviar ha ido excavando centímetro a centímetro este peculiar camino.

El primer estrecho sera de unos 200 metros, eso sí, de belleza inigualable. Hay que estar ahí metido para disfrutar de la magnitud.

 

En la curva que realiza el estrecho puedo poner a prueba el objetivo 8mm. recientemente adquirido….y me fascino con su campo de visión.

 

Finalmente y tras degustar el frescor y belleza de la roca esculpida, vemos la salida próxima de este primer estrecho.

Aunque hayamos salido, el Barranco no pierde interés en ningún momento, siendo una constante de grandes farallones rocosos y un camino por el lecho pedregoso, que aunque a veces resulta cansado, gana con creces el ambiente de barranco del que disfrutamos.

 

 

 

Desde aquí tenemos un rato caminando por este barranco un poco más abierto y que nos da muestras de bonitos enclaves botánicos como son una salpicadura de Tejos (Taxus bacatta) que encuentran el ambiente umbroso, fresco y húmedo que tanto les gusta.

 

Las Arces, también se dejan ver, encaramados a las terrazas inaccesibles, como estos Arces de Montpelier (Acer monspessulanum)

Lo dicho, la magnitud del barranco, es increíble. Las paredes de decenas y decenas de metros, nos brindan un pasillo interminable…..

 

Aun quedan reductos de las últimas tormentas en algunas pozas que ya han corrompido el agua….

Y en lo más alto…..el Pinar aferrado a cualquier resquicio de tierra….

Después de un largo caminar, llegamos al segundo de los estrechos. Yo lo denomino el estrecho de las cuevas por haber un par de gran magnitud en él.

Aunque no sea tan cerrado como el primero, es muuuucho más largo y se disfruta también de ese encajonamiento y esas paredes verticales a banda y banda.

 

Y las cuevas…..

 

 

 

Decidimos seguir el estrecho hasta que se vuelve a abrir, aunque se nos echa un poco el tiempo encima. Y hasta las surgencias de agua aun tenemos otro cuarto de hora por lo menos. Así que decidimos dar media vuelta y volver por nuestros pasos para encontrar el camino de subida.

Para la vuelta podemos atajar por un sendero que nos subirá casi hasta el coche sin tener que volver hasta el inicio de los estrechos. Este sendero se coje justo después de pasar los Tejos. Así que es conveniente a la ida, fijarse bien donde están los Tejos. Así que a la vuelta, justo pasados los Tejos, veremos una zona con vegetación a mano izquierda por donde deberemos de subir una cuesta muy empinada. Este senderillo empinado nos llevará hasta un arrastradero de madera antiguo que nos llevará hasta el coche. Os dejo una captura donde os he marcado penosamente lo que os explico. En rojo el sendero de subida y la P es donde hemos dejado el coche.

Si vais con GPS, podéis meter el track que he subido en Wikiloc y que tenéis en esta web en la sección de rutas-tracks, y no habrá pérdida. Aquí esta el enlace al Track

Y esto es todo, una pedazo de ruta por……seguramente el Barranco más bonito e impresionante de la Sierra de Albarracin.

A nosotros nos costó unas 2 horas y media todo el recorrido, con las paradas habituales, así que contar más o menos…

un saludo

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