El otro día me llamó un amigo de Orea para salir a hacer algo con unas fotos nocturnas y aprovechando que trabajaba de tardes, cuadramos un hueco de agendas y decidimos salir a probar suerte.
A decir verdad, ya tenía en mente el lugar para ir a hacerlas y sobretodo me había construido en la cabeza una circumpolar que quería probar. Le comenté la idea de acercarnos al Barranco Cardoso (Pozondón) en busca de un par de fotos, la del Castillo de los Ares y la Piedra del Peruano. Dos parajes muy cercanos entre sí y que había visitado en muchas ocasiones, casi siempre de día y que no defraudan al visitante por su espectacularidad y por el enclave.
Por desgracia una luna muy creciente nos obligaba a olvidarnos de cualquier foto de vía láctea, así que probamos otras tomas centrados en la luz de la luna y alguna circumpolar. La cuestión a la hora de salir es adaptarte a las condiciones que te encuentras y saber disfrutar de estas variables y los resultados que te dan.
La primera parada fue en el Castillo de los Ares. Una fortificación medio derrumbada, donde aun queda en pie una serie de muros y un precioso torreón a medio caer. Y todo ello enclavado en un alto de roca roja arenisca muy bonita. El entorno está naturalizado con arbustos de todas clases y empezamos a jugar un poco con iluminaciones, tiempos de exposición y demás…..
Finalmente nos subimos al castillo para realizar una circumpolar con el castillo como protagonista. Sin mucho tiempo de exposición, porque aun nos quedaba la visita a la Piedra del Peruano. Tiene mucho potencial este sitio, aunque finalmente un par de aviones nos cruzaron la escena «jodiendo» si cabe un poco la foto. Pero bueno, cosas del directo!!! 😉
Recogimos trastos y al peruano, yo ya tenía la foto que quería en la cabeza, el encuadre y la iluminación, aunque esta vez con la luna era todo una incógnita. Llegamos, montamos trastos y empezamos con las pruebas de luz, encuadres, iluminación, exposición…..en fin, el cacharreo vario para estos menesteres hasta tener a punto todo y empezar con la foto deseada. En este caso, un circumpolar con un leve toque de luz sobre el peruano dejando el resto más bien oscuro. La luz de la luna le dio mucho cuerpo al asunto y por suerte, no llegó a entrar en la piedra propiamente dicha.
Finalmente el resultado me gusta, aunque como en todo mejorable, pero muy satisfecho de haber pasado una noche más con Vicente aprendiendo, cacharreando y compartiendo buenas charlas sobre fotografía, bichos y muchos temas. En breve, creo que volveremos a salir, para encuadrar otros puntos que ya tenemos medio trenzados y en los que espero que salgan buenas tomas 😉
Ya os iré informando.
Un saludo