Si había una ruta pendiente desde que vivo por estos lares, esa era sin duda la subida al Moncayo. Techo de Zaragoza y Soria y cumbre más alta del Sistema Ibérico, es una golosina «cerca» de casa que no podía perderme. Por lo que me habían comentado, me esperaba algo parecido a lo que muchas veces había visitado cuando vivía por tierras catalanas: el Montseny . Se trataba pues de un enclave montañoso y singular en mitad de una basta extensión de diferente índole y con todas las características que puede albergar sistemas tan complejos como por ejemplo los Pirineos. Así pues, madrugamos y nos pusimos en marcha en busca de esta joya aragonesa.
La ruta la hicimos por la ruta normal, desde el Santuario de la Virgen del Moncayo, y conté con dos compañeros de lujo: Vicente y Quim.
La aproximación en coche (en mi caso desde Vera de Moncayo), es un delite para los ojos. Disfrutando de los diferentes pisos bioclimáticos que alberga el Parque Natural, pasando desde el Coscojar, el Encinar, un frondoso Robledal y Hayedo. Cada comunidad en su altura óptima y entremezclados con otras especies minoritarias y arbustivas. Sin duda, los amantes de la flora encuentran un rincón atípico donde se dan cita muchas especies singulares.
Dejando el coche en el parquing anterior al Santuario, iniciamos ruta por un sendero muy bien señalizado que parte del mismo Santuario y que sin dejarlo nos llevará a la cumbre del Moncayo. La primera parte de la ruta, asciende por un frondoso bosque de Pinar en su mayor parte. Un pinar de Pino Albar (Pinus sylvestris) entremezclados por otras especies secundarias como Acebos (Ilex Aquifolium), Guillomos (Amelanchier ovalis), Serbal de Cazadores (Sorbus aucuparia) o el mostajo (Sorbus aria).
Se va ganando altura pues el sendero siempre «pica» hacia arriba, pero se hace muy cómodo y distraido este paseo por el bosque. Finalmente llegamos al final del bosque y aprovechamos la última sombra que nos ofrece para dar un trago de agua y reponer fuerzas con algo de fruta.
Salimos al claro y divisamos la imponente mole que forma el Moncayo, a partir de ahora toca salvar el desnivel fuerte y soleado. Esa cima que tenemos a nuestras espaldas es el Moncayo o también denominado Cerro de San Miguel y el precioso circo glaciar que lo forma. Quim y yo echamos unas risas antes de afrontar la subidita.
La subida se realiza por la parte izquierda del circo, hasta llegar al collado y desde este punto por la meseta o loma superior y atravesando el circo se llega sin mayores dificultades hasta la cima. Así pues nos ponemos manos a la obra y empezamos a salvar desnivel a ritmo constante. Conforme se va ganando altura las perspectivas del Moncayo van mejorando, así como de todo el circo. Por descontado, las vistas que vamos disfrutando de todo el valle del Ebro, son cuanto menos, espectaculares!!
Arriba: Vicente y Quim afrontando las rampas más duras
Abajo: Quim en las últimas rampas
Una vez llegados al collado, conviene abrigarse pues empezamos a sentir el cierzo, que aunque en el día de hoy ha sido más que testimonial, vamos algo sudados y hay que abrigarse. El cierzo reinante en la cumbre es una de las dificultades que nos podemos encontrar en nuestra ascensión. Hay que pensar que el macizo del Moncayo está enclavado en mitad de una basta superficie llana y a tocar del Valle del Ebro y como tal, recibe con toda virulencia el reinante cierzo de la zona. Y para demostraros os enseño un video que he encontrado por Internet y en el que sobran las palabras de lo que te puedes encontrar allí arriba.
En fin, siguiendo con el artículo nos habíamos quedado abrigándonos en el collado (al fondo a la derecha, el Moncayo):
Y por supuesto las vistas que ya van siendo una delicia, y eso que el día no es del todo claro…
Ahora pues a descansar los músculos con un paseo medio llano por el altiplano que nos llevará con una suave pendiente hasta la misma cima del Moncayo. Instantes antes de coronar me giro para ver lo subido y lo andado y hacer panorámica:
Ya en la cima, hacemos la foto de rigor y contemplamos el paisaje reinante y aprovechando la bonanza, damos buena cuenta de la comida que hemos subido. El día magnífico, así como la subida, las sensaciones y la compañía.
La bajada la aprovechamos para seguir debatiendo sobre la flora y la fauna que vamos viendo, posibles hibridaciones y preguntas sin respuesta que luego en casa se solucionan con un vistazo a la guia de plantas o la guia de aves.
Aprovechamos también para degustar el Pino de Montaña (Pinus uncinata) tan frecuente en el Pirineo pero tan infrecuente en el resto de Aragón (en el sur sólo localizado aquí en el Moncayo y en la sierra de Gudar) Y escuchamos atentos las explicaciones de su identificación por parte de Vicente. 
(un fiera de la botánica!!)
Y una vez saciados de todo lo que fuimos a buscar y cansados del ascenso, cervecita de rigor y para casa con una gran sensación de haber resuelto esa tarea pendiente que era ascender el Moncayo.
Un saludo
ADEMÁS:
Me comentan desde AETSA (Asociación de Empresarios Turísticos de la Sierra de Albarracin) la organización de las Jornadas Micológicas de este año que se celebrarán el día 22 y 23 de Octubre en Bronchales y el 28 y 29 de Octubre en Jabaloyas, con diferentes actividades, talleres, conferencias, etc….
Así que si te va esto de las setas, puede ser un evento interesante. Aquí teneis el enlace con toda la info
Un saludo
¡Enhorabuena por reabrir el blog!! Unas vistas y un día espectacular. No te das cuenta de los muchos rincones que te quedan por descubrir en tu país hasta que estás lejos! Los dejaré pendientes para cuando regrese!! Una abraçada!
Gran relato!! Muy bien!! Gran experiencia, gran objetivo consegido y gran compañia!! Un saludo!!
Patri—-> Queda pendiente pues cuando vuelvas….ya me darás envidia con los parques de por allí…
Vicente—> Para cuando la próxima?? 😉
1 abrazo