Maravillas del Alto Tajo

Después de toda la semana encerrado, los sábados por la mañana salgo como una exhalación de casa. Aun no se ha hecho de día y ya estoy dando buena cuenta del desayuno. La verdad que este sábado, la cosa estaba fría de cojones, que si olita de frío y el sensor marcando los -7,7ºC y eso que Griegos no es propicio para inversiones….bufff, pues donde yo tenía en mente ir….la cosa iba a estar fresquita. Y así fue, no hice más que salir de Griegos en dirección a Guadalaviar y mucho antes de llegar a Bucar, ya marcaba los -10ºC (cojones, pensé) pero ahí no acababa la sorpresa. El destino era los altos de los pajares justo al ladito de la buitrera y con una preciosa vista del barranco del Hoz Seca. Bueno pues allí la cosa estaba a -15ºC, así que me metí la batería de repuesto en le bolsillo interior y le puse una “braga” a la cámara para evitar resfriados

Lo había meditado, y la verdad que este fin de semana era una de las últimas oportunidades de subir hasta aquí con el coche, pues luego el cacho de pista desde Rambla Amarilla hasta el alto de los pajares se poner de barro y carriladas impracticable. Así que aprovechando la sequía tan maja que llevamos y el fuerte hielo, no tendría problemas, además a sabiendas que en cuestión de dos días entraba un frente atlántico a la península (agua o nieve casi asegurados). Así que fue más bien una especie de despedida hasta la primavera si las cosas vienen como tienen que venir.

La ruta estaba más o menos clara, esta vez recorreríamos la buitrera por abajo intentando captar nuevas perspectivas e intentando llegar hasta el final, luego la vuelta sería por el río Hoz Seca para volver a recordar los fantásticos rincones que este río ofrece.

Pues lo dicho, el polar trabajando al máximo y gorro y braga imprescindibles. Sinceramente los -15ºC se notaban bien bien en las manos y las mejillas (que era lo único que dejaba al descubierto), aunque era del todo soportable, pues no hacía nada de viento y caminando la verdad, que no pasas nada de frío.

El precioso valle del Hoz Seca se mostraba mágico a primera hora de la mañana, los primeros rayos de luz calentando la mole calcárea del Rasón (1.662m.) y yo empezaba a repechar por los prados que se forman a pie de risca.

Los buitres esperan pacientes sobre los salientes, que el sol caliente con fuerza el valle para disfrutar de las “térmicas” y así moverse con el menor gasto posible de energía (no está la cosa como para derrochar). Yo, desde abajo, tengo una perspectiva algo diferente de lo que viene a ser normal cuando visito la buitrera, aunque no por ello menos atractiva. Las fotos a los posaderos, es una constante, con un poco de sigilo y moverte entre el bosque puedes llegar a acercarte bastante, eso sí, el mínimo error…y adiós…

Ya hacía alguna hora que el sol había salido, pero mi ruta me llevaba por la cara norte, así que eso de sentir el calorcito del sol…..como que no. Por el contrario, pude disfrutar de las paredes calcáreas en pleno esplendor, y los carámbanos y chorreras congeladas era la tónica dominante. Todo y que hace semanas que no llueve, la roca calcárea tiene estas notoriedades, y es que el agua se filtra y surge en el lugar menos pensado. Evidentemente a esas temperaturas, el regalo visual es más que atractivo.

Pude disfrutar también de los tres reyes de la zona: ciervos, gamos y cabra montes, en concreto pude ver 6 cabras, 3 gamos (uno de ellos un macho muy bien dotado) y una hembra de ciervo. Aunque no pude concretar ninguna foto más o menos de calidad. Una lástima!!

Una vez llegué hasta el puntal donde veía la junta de los ríos Hoz Seca y Tajo, decidí bajarme al río, caer en diagonal hacia la presa. Un rincón muy bonito y fotogénico que recuerda vagamente al Salto de Poveda y que en épocas de mas caudal aun engrandece su belleza. El río Hoz Seca, en esta parte es derrochador en colores azules y verdes, turquesas que se saturan hasta la saciedad y unas pozas donde puedes ver claramente las truchas remontar la corriente como si de una pecera se tratara.

Aun más espectacular resulta el manantial, un rincón de donde brota el agua desde el suelo formando una poza y saliendo un río que alimenta en cuestión de 15 metros al ya caudaloso Hoz Seca. Es una poza transparente como pocas….y que resulta dificilísimo sacarle todo su potencial con una foto.

El río aguas arriba ofrece magníficos rincones, como de él se espera y no defrauda en ningún momento. Pequeñas pozas, más o menos profundas, aguas cristalinas, truchas y el sinfín de colores…. Lastima no haberlo pillado con más fuerza otoñal.

Ya por fin en la Herrería, parece que toca echarse algo al estómago para coger fuerzas y moral con la cuesta que nos espera.

Aprovecho esos instantes para recrearme en las preciosas formas de hielo que ha dado de sí el frío matinal en las salpicaduras del río. Formas inverosímiles que ganan belleza con la tenue luz entre el bosque.

Luego la cuesta padre, el subidón, que me lo metí en 30 minutos exactos dando caña a las piernas y olvidando por completo las 5 horas de caminata anterior. Para casa contentos de haber recorrido uno de los parajes más bonitos y menos conocidos del Alto Tajo.

Ale….os quejareis de reportaje…